SÍNDROME DEL TÚNEL CARPIANO (STC)

SITIO DE INFORMACIÓN AL GRAN PÚBLICO
Cara de un cirujano

TRATAMIENTO
QUIRÚRGICO

Puesto que no está
vinculado a una exigencia
patológica precisa, el uso de
tal o cual técnica depende
totalmente de las
costumbres y de la maestría
técnica del cirujano.

Opération de la main
Contacto

Generalidades

Cualquiera que sea la técnica quirúrgica empleada, la intervención siempre tiene como finalidad aumentar mecánicamente el volumen del túnel carpiano y a veces, cuando es útil, disminuir el volumen del continente (vainas de los tendones flexores).

Para aumentar el tamaño del túnel carpiano, la alternativa más admitida habitualmente es seccionar el ligamento transverso del carpo; el cual cicatrizará luego de modo distendido aumentando así la dimensión del túnel carpiano. El espacio liberado permite eliminar inmediatamente la compresión del nervio mediano.

Para exponer este ligamento a cielo abierto, durante mucho tiempo se practicó en primer lugar y de manera exclusiva una vía directa sobre el ligamento. Llamada "clásica", esta técnica que lesiona la piel del talón de la mano, genera una cicatriz importante y mal situada que, conjugada con una cicatrización en masa de la piel, de la aponevrosis y del ligamento, es responsable de la persistencia de una molestia, a veces durable, de la palma de la mano.

Ya que, en la mayoría de las patologías, no es útil hacer un gesto endocanular otro que la sección del ligamento, pareció más juicioso no hacer cicatriz demasiado importante sobre la palma de la mano.

Hoy en día, técnicas llamadas "mínimamente invasivas" (mini-open y endoscópica) permiten realizar este gesto por una incisión limitada. Tienen la ventaja de no estropear los tejidos subcutáneos de la palma de la mano y de disminuir los inconvenientes (dolor, falta de fuerza), mejorando la recuperación postoperatoria del paciente.
El desarrollo de estas técnicas tiende a hacer una cicatriz cada vez más pequeña en una zona cada vez menos sensible.

Durante esta operación relativamente corta, de 10 a 20 minutos según la técnica empleada, el paciente está tumbado boca arriba, bajo anestesia, con un garrote puesto para evitar el flujo de sangre en la zona operatoria.